Tempestad.

- Hola
- !Hola! ?Como has estado? - Más nerviosa no pudo haber estado, esa era la mujer la mujer más apasionada que jamas conocería y ella lo sabía.
- Quería verte, he de contarte tanto.
- No sabía que fueramos tan cercanas.
- Pues es que somos una misma.
- ?Como esta eso? - Pensó que la mujer de quien se había enamorado ó talvez solo era admiración en fin ahora comprobaba los rumores, esta necesitada y con un tornillo o dos fuera de la cabeza.
- Tu, yo, nosotras. Nacímos para conocernos de la manera más profunda que se te ocurra, quiero contarte todo y que me cuentes todo, deseo ser tu animo, tu conciencia, tu fuerza, tu todo.
- Pues nosê, tengo que pensarlo.- Así la mujer temerosa se fue dandole la espalda a ella misma.



Días nublados y un clima poco favorable han hecho más difícil discernir los hechos.